sábado, 24 de diciembre de 2011

"Enter The Void", de Gaspar Noé.


Voy a procurar no incurrir en spoilers al hablar de esta alucinante película. Primero, algunas recomendaciones por si se animan a verla: háganlo solos, procuren verla sin interrupciones, apaguen las luces y prepárense para una experiencia visual transformadora de consciencia. Ah, y un último e importantísimo consejo: hablen con alguien después, salgan a la calle o hagan lo que necesiten, pero procuren re-conectarse con la realidad; de lo contrario el efecto no se desvanecerá y se quedarán en un vuelo muy particular. 

La última cinta de Gaspar Noé (2009) no se aleja demasiado del estilo narrativo de este director. Tomas insoportablemente largas: eso es lo que Noé hace mejor (y lo de insoportables va por el contenido de las mismas, no aptas para todo público). Recuerdo, por ejemplo, que cuando vi "Solo contra todos" (1998), en un momento de la película se advertía al espectador (con letras grandes y rojas) que a partir de ese momento tenía 30 segundos para retirarse de la sala (o bien apagar el aparato en donde estuviera viendo la película). Es desesperante; el conteo regresivo empieza mientras el diálogo en off del protagonista continúa a manera de soliloquio enloquecedor. La escena que viene a continuación es de esas que nos hacen preguntarnos si escogimos bien la película. Lo mismo sucede en "Irreversible" (2002), pero en ese caso ya no hay advertencias: todo nos es soltado por Noé como si fuera lo más normal del mundo, sin preocuparse por esconder algo, por cortar algún detalle para evitarnos la cara de repugnancia que seguramente pondremos. 

En "Enter The Void" el contenido de las tomas no es insoportable, pero sí nos obligará de vez en cuando a bajar el volumen del reproductor en donde estemos viéndola (y por eso recomiendo verla en solitario). Lo que la hace grande es algo con lo que Noé ya empezó a jugar en "Irreversible", pero que aquí se hace descomunal: los efectos visuales y el manejo de la cámara. Basta con ver los primeros diez minutos de la cinta para darse cuenta de que ya somos el personaje principal (Oscar) y que durante las siguientes (casi) tres horas vamos a ver el mundo a través de sus ojos. En cierto sentido, es como ponerse unas gafas que nos permiten ser otra persona mientras dura la película; es entrar en el cerebro de Oscar y ser él, adquirir su percepción y su consciencia. Una de las partes más impresionantes es la secuencia inicial, el vuelo de Oscar cuando fuma DMT. Si tras ver esa escena sigues viendo la película, ya te atrapó; es la escena decisiva: o te quedaste viéndola o la abandonaste en ese momento. Y también es muy característico de Noé presentar este tipo de escenas (decisivas, como las he llamado) al principio de sus películas. 

¿De qué va? Bueno, procurando no arruinar nada al soltar detalles esenciales, y tomando solo lo que se menciona en cualquier sinopsis de Internet (y teniendo en cuenta que conocer la trama básica no arruina en absoluto la experiencia cinematográfica de una película como esta), la cinta trata de un par de hermanos (Oscar y Linda) quienes están viviendo en Tokyo, sobreviviendo como pueden. Oscar trafica drogas y Linda es una stripper de clubes nocturnos. En medio de una redada policial, Oscar muere por un disparo y entonces comienza el espectáculo. Su espíritu (alma, consciencia, reacción química o lo que quieran, dependiendo de sus creencias escatológicas), sin embargo, se queda rondando por Tokyo, siguiendo a su hermana (a quien ha prometido no abandonar nunca), a sus amigos y reviviendo a través de flashbacks ciertos momentos de su infancia. Toda esta idea de la vida después de la muerte usada en la película está basada en los contenidos del "Libro Tibetano de los Muertos", el cual es mencionado varias veces en la película antes de la muerte de Oscar. La referencia al DMT (al que se le da más importancia que al resto de drogas con las que Oscar trafica) trataría de incluir en esta perspectiva la idea new age de que la molécula N, N-dimetiltriptamina es secretada por la glándula pineal y es la responsable de lo que vemos al soñar y lo que vemos al morir, siendo un puente entre esta y otras realidades alternas. 

Las opiniones al respecto son irrelevantes; la única certeza que existe es que esta es una buena película y que merece ser vista, aunque solo sea para escaparnos un rato de nosotros mismos. Dejo la secuencia del vuelo con DMT para que puedan decidir si se animan o no. 


P.D.: Recomiendo verla en la fuente original y en pantalla completa.
Este es el link: http://www.youtube.com/watch?v=1Mb3mssgPhw

1 comentario:

  1. Ya la vi hoy temprano que se me fue el internet, compararla con una droga de quizás sea una buena analogía en mi caso. El inicio es genial y continua en un buen ritmo hasta cuando regresa a la realidad luego de recordar toda su vida (subida). A partir de ahí es como que se mantiene en un mismo nivel, no mejora ni empeora y sabes lo que sigue (estabilización) efectos visuales y pocos diálogos que para el final digamos la última hora de la película (bajón) ya me hicieron ver algunas veces el contador de minutos para saber cuando terminaría. Sinceramente el observar tanta japonesa tirando ya me había llevado a pensar si mi internet habría vuelto o no... Lo del DMT es un elemento que me llevó a esperar otro desenlace, pensé mientras la veía que quizás toda la película era en realidad un vuelo del Oskar influido por la lectura del libro tibetano de los muertos, la conversación que había tenido con la hermana y los sentimientos de culpa que tenía. Y que para ello la muerte y el renacimiento de su ser eran necesarios, comprendiendo en el proceso lo más importante de su vida ( su hermana ). Hay partes en las que Noé juega con esta tesis, la parte en que dice que el vuelo con DMT es similar a la experiencia de la muerte, el hecho de que un vuelo con DMT puede alterar la percepción temporal de manera notoria o por último la obsesión que tuve durante las casi 3 horas hasta el final y que fue cuando Oskar se dijo a si mismo "pon el seguro de la puerta" y si no abrió a nadie bueno pues se levanta en el sillón y se da cuenta que se ha pegado el vuelo de su vida y deja de ser yonqui y se preocupa de una vez por todas de su hermana. Cosa que no sucedió, en cambio vemos la reencarnación y si alguien que no ha visto Enter the Void esta leyendo esto que se detenga por que voy a contar el final y es que Oskar nace de nuevo como su sobrino y su padre es su amigo el melenudo compañero de juergas que aparece en la película que se terminó cogiendo a su hermana, cuando vi eso perdí la esperanza del super vuelo y la película terminó, ahora pensándolo mejor si pudo haber sido un vuelo... de todas formas el final no me resulto convincente y sobra decir que terminada la película fui a buscar a esas japonesas a quienes esparaba desde hace una hora...

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