Aún no estoy completamente seguro de qué fue lo que me llevó a considerar volver a abrir una cuenta en Facebook. Quizás pensé que sería divertido analizar a modo de experimento las interacciones que la gente sostiene allí. Quizás quería darle una nueva oportunidad, ahora que las cosas entre Twitter y yo van bien. Mi desprecio por Facebook, que me llevó a dejarlo definitivamente hace 1 año, 3 meses, y 29 días, se extendió irracionalmente a todas las redes sociales, sin distinción, y me mantuvo alejado durante bastante tiempo de ese mundillo al que califiqué de fuente de todos los males. Sea como fuere, hoy, en un momento de desocupación extrema, decidí que tal vez la red social no era tan diabólica y que Mark Zuckerberg no era la representación de Mefistófeles.
Era posible que estuviera exagerando, así que ingresé a facebook.com y empecé el proceso de registro; sin mayor complicación mi cuenta estuvo creada en menos de 2 minutos. Ahora debía completar mi perfil. ¿Perfil? ¿En qué se ha convertido todo esto? ¿Timeline? ¿Un recorrido a través de mi historia en la red para saber lo que he hecho cada día a cada hora? ¿Mi vida rastreada hasta el momento de mi nacimiento? Dejé eso del Timeline de lado. Quise introducir datos básicos en el perfil. En la categoría "Acontecimiento importante" encontré subcategorías, como "Empleo y educación", "Familia y relaciones", Hogar y vivienda", "Salud y bienestar" y "Viajes y experiencias". Todo esto ya me estaba mareando, pero no sabía lo que me esperaba al desplegar las subcategorías de estas subcategorías.
Nota: Algunas de estos "acontecimientos importantes" sencillamente rayan en lo absurdo; para ellos está reservada la categoría "¡Qué carajos!" (QC). El pecado de otros radica en su ridiculez y lo único que merecen como comentario son las sabias palabras de Peter Griffin: "Oh my God, who the hell cares?" (WTHC).
Empleo y educación:
- Nuevo trabajo
- Jubilación
- Nueva escuela
- Estudios en el extranjero
- Trabajo voluntario (WTHC)
- Servicio militar (QC)
Familia y relaciones:
- Nueva persona conocida (WTHC)
- Nueva relación
- Compromiso
- Matrimonio
- Nacimiento de un hijo
- Nuevo miembro de la familia
- Nueva mascota (WTHC)
- Fin de una relación (WTHC)
- Pérdida de un ser querido (QC)
Hogar y vivienda:
- Mudanza
- Compra de casa
- Remodelación
- Nuevo compañero de cuarto (WTHC)
- Nuevo vehículo
Salud y bienestar:
- Donante de órganos (QC)
- Superación de una enfermedad
- Abandono de hábito nocivo
- Nuevos hábitos alimenticios
- Pérdida de peso (WTHC)
- Anteojos, lentes de contacto, otros (WTHC)
- Fractura de un hueso (QC)
Viajes y experiencias:
- Nueva afición (WTHC)
- Nuevo instrumento musical
- Aprendizaje de un idioma
- Tatuaje o piercing (QC)
- Nueva licencia (WTHC)
- Viaje
- Logro o premio (WTHC)
- Cambio de creencias (QC)
- Primera palabra, primer beso, otro (WTHC)
- Nuevo deporte
Huelga decir que (casi literalmente) salí corriendo. Facebook no solo sigue siendo un hervidero de procrastinación (el verificador de ortografía me dice que esta palabra no está bien escrita y me sugiere como alternativa "prostitución"; quiero abrazar al verificador de ortografía), sino que se ha vuelto un remedo de autobiografía (involuntaria), una especie de novia intensa que no te deja ni respirar, que no contenta con saber, quiere categorizar absolutamente todo lo que haces, a todo momento. Lo peor de esto es que una enorme cantidad de gente ha accedido voluntariamente a vender su vida a cambio de un poco de atención social. Entren a un café Internet cualquiera y espíen a los usuarios: apuesto mi colección de discos de los Beatles a que el 85% de ellos están revisando Facebook o tienen una pestaña del navegador con Facebook abierto. Lo mismo pasará con cualquier persona usando una computadora o un smartphone. La red social ha revolucionado no solo la forma en que nos comunicamos, sino la forma en que nos relacionamos a nivel social. Si lo que haces no está en Facebook no existe, nunca sucedió. La única versión de tu vida que cuenta es la de Facebook. Todo lo que haces o piensas debe estar documentado inmediatamente en tu muro (ahora Timeline, perdón), pues debe ser aprobado (likeado) por tus amigos. Y un like dice más que mil palabras, ¿no?
Suficiente de mis peroratas contra Facebook. Dejo las premonitorias palabras de George Orwell, quien ya lo dijo mucho mejor que yo en su genial 1984, una novela que lejos de haberse equivocado en su profecía de futuro, le ha atinado en lo más sutil, adelantándose con más de 60 años a la realidad que vivimos actualmente sin siquiera darnos cuenta (que es el verdadero objetivo de un sistema tirano y totalitario).
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