Y no. No se acabó. No desapareció. Facebook sigue más grande y fuerte que nunca. Como dice Eduardo Salles en cinismoilustrado.com: "Aún tendremos muchas horas de sano chisme y procrastinación". No encuentro mejores palabras. No hay mejor manera de destruirlo que estar fuera. Mantengo mi posición con respecto a la famosa red social. No respeto a sus usuarios. Los compadezco. Estoy mucho mejor evitándome leer esto a diario:
I remember Apocalipsis en Solentime by Julio Cortázar.
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Precisamente. Un blog es el mejor lugar para compartir ese tipo de experiencias si no queremos sentirnos defraudados por nuestras amistades. Publicar algo así en facebook solo nos genera indignación y decepción. Y si la mayoría de nuestros posts son de ese tipo, lo mejor es salir de ese hervidero de chismes y exhibicionismo (y procrastinación, claro).
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