jueves, 3 de noviembre de 2011

1001 libros que tienes que leer antes de morir (o nuestra sempiterna condición de "no-lectores").


La cantidad de libros por leer siempre será superior a la de los libros leídos. Es un hecho. Es horroroso, como para darnos pesadillas o recluirnos en un cuarto acolchado, pero vivimos con eso, ignorándolo, como con tantos otros miles de hechos perturbadores. Esta idea la saqué de la lectura de la contratapa del libro "Cómo hablar de los libros que no se han leído" de Pierre Bayard. Lo admito: tampoco he leído ese libro, pero está en mi cada vez más grande (y creciente hasta el infinito) lista de pendientes. Con qué objetivo leer sabiendo de antemano que esta vida no nos va a alcanzar para leerlo todo. Ni esta ni ninguna. 50 Petabytes: eso pesan todos los trabajos escritos por la humanidad a través de la historia traducidos a todos los idiomas. Son como 1.000.000.000.000.000 de bytes. Es una cantidad absurda. Es una cifra que nos condena a ser eternos "no lectores". Pero, ¿es el deseo de todo lector (o no lector, como prefieran) abarcarlo todo? ¿tenemos la ingenua aspiración de devorar todos los libros que existen? Incluso si nos ponemos quisquillosos y admitimos que nos restringiríamos a la literatura (a la narrativa en particular), el objetivo sigue siendo inalcanzable. 

No creo que alberguemos esa pretensión. Leemos y leemos libros y mientras estamos embarcados en la lectura de cada uno nos olvidamos de La Literatura. Sin embargo, siempre hay algo así como un sentimiento de culpa, un perpetuo autorreproche por lo que no leemos. Por no haber leído el "Ulises" de Joyce, por ejemplo. O "Guerra y Paz". O "Mobby-Dick". Incluso el Quijote. Decimos "ya lo leeré, está entre mis pendientes, ahora no tengo tiempo". Y no solo ocurre con novelas totales, descomunales o clásicas. Hay una enorme cantidad de libros que conocemos, sabemos que están ahí y a lo mejor nunca leeremos. Conocemos la bibliografía completa de muchos escritores y con eso nos basta. He ahí mi autorreproche. Con todo esto parece que justificara mi condición de "no lector". Esta es una entrada dedicada a castigarme y así, de alguna manera, sentir que he expiado mi culpa. 

2 comentarios:

  1. Yo pienso en cambio que cuando llegas a unos 500 libros u 800 libros, esta carga se debe hacer mucho menor, por que ya has leído "los clásicos" o los imprescindibles, se puede vivir perfectamente sin haber leído Cohelo, Isabel Allende y todo ese tipo de literatura. Ponte mi lista de pendientes se debe acercar a 200, claro aparecerán más en el camino y es lo más común, pero cuando ya llegas a esa meta, yo lo veo como una especie de graduación, el premio es el conocimiento de la literatura. Ahora es como estar en ese proceso formativo literario, leyendo todo lo que se puede para completar ese objetivo de los imprescindibles, y creo que con un buen ritmo de lectura ese objetivo puede cumplirse en unos 5 años poniendo a 70 por año. Claro que habrá más libros pero la formación "básica" de literatura ya la tendríamos.

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  2. Me gusta ese comentario, me da esperanza (^^)

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